Examen de resultados – Crónica de Ángel Jiménez sobre el Maratón Bajo Tiétar

«EXAMEN DE RESULTADOS», así voy titular esta crónica, aunque no va a ser una crónica al uso, siendo una visión puramente personal.

Sí, creo que Maratón Bajo Tiétar aparte de una ruta de montaña de las mejores en su categoría, tanto por diseño de ruta, parajes, dedicación de la organización y de los voluntarios, sin dejar a un lado el cariño de las gentes de los pueblos que se cruzan, es un examen que nos hacemos a nosotros mismos.

El Maratón Bajo Tiétar es una prueba, bajo mi punto de vista, dura, que nos pone a cada uno en nuestro sitio, más allá de clasificaciones y tiempos, nos dice dónde nos encontramos física y mentalmente.

Es una valoración personal y sincera la que nos tenemos que hacer y siempre será positiva, tanto si vemos que estamos en el buen camino, como si el resultado nos indica que hay que seguir apretando en cada entrenamiento.

Aquí no se trata de ganar o perder, porque si algo nos enseña el ciclismo es que siempre se gana, más allá del puesto que nos digan que hemos conseguido, eso es indiferente. Siempre se gana, porque el agotamiento, el sufrimiento y en algunos casos la agonía, merecerá la pena en todos los casos por la recompensa en forma de satisfacción que nos espera al cruzar por el arco de llegada.

Y esa satisfacción es felicidad, y esa felicidad es la que nos aporta la bicicleta en forma de Maratón Bajo Tiétar.

La satisfacción que se queda dentro y es la que nos empuja a seguir riendo, sufriendo y divirtiéndonos con los pedales.

Ese arco de llegada me hizo pensar en muchas personas, sobre todo en las que no tengo ya, pero sin tristeza mirando al cielo. Le doy las gracias porque el sufrimiento que me hizo pasar en mi examen personal sólo me aportó felicidad y eso dice mucho de una prueba ciclista.

Respecto a mi prueba en sí, diré que en referencia a lo anteriormente descrito, estoy satisfecho, empecé rápido, y poco a poco noté como los kilómetros y sobre todo los puertos hacían mella en mis piernas. No sólo esta prueba cansa físicamente, también psicológicamente agota si no te concentras debidamente. Sufrí mucho de piernas porque de cabeza sabía que no la hacía sólo y eso me empujaba a no desfallecer.

Al final, ya sabéis, felicidad y una recompensa que se queda dentro.

Hay muchas formas de disfrutar del ciclismo, os he mostrado como lo disfruto yo.

No dejáis de dar pedales y si la subida se endurece, sonreíd que al final hay recompensa.

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