
Ya estaba aquí, ya llegaba, ya se notaba en el ambiente, en el clima cálido y húmedo de la primavera madrileña, ya empezaba la cuenta atrás hacia la mayor fiesta del running de Madrid.
Faltaba una semana para el acontecimiento y ya se notaban los nervios antes de la cita, mis compañeros y compañeras del Club Triatlón 28300 Aranjuez y yo estábamos con más ganas que nunca de disfrutar de este evento, habíamos preparado todo, cuerpo, mente y ganas estaban listas para la acción.
En mi caso en particular partía con muchas ganas y aunque mi decisión inicial era hacer la media maratón, no os perdáis detalle de mi crónica para ver como termino mi aventura
Uno de mis más grandes amigos en esto del running, el señor Rafael Moreno, el mister del club de corredores, rafita el grande como ya le llaman en los más recónditos lugares del territorio nacional, tenía un objetivo en mente y muchos meses ya de entreno para alcanzar una meta ambiciosa pero muy factible para alguien de su experiencia, hacer 3h 09m en una de las maratones más difíciles de Europa, Madrid.
Como no, yo que no me pierdo ningún envite y menos de alguien como él que me propuso nada menos que acompañarle en tal gesta, algo imposible para mí ya que mi preparación en estos momentos no estaba enfocada ni de lejos a dicha marca, sin embargo si que le prometí que le acompañaría en sus primeros 21 k y que después se buscará un poco la vida ya que teníamos que llevar nada menos que un ritmo de 4.21 m/km algo para mi inalcanzable en más de 21 km, o eso creía
Comenzó la carrera y todo fueron buenas sensaciones, acompañando a rafa y a mi, otro gran atleta que venía nada menos que de correr en París 2 semanas antes «el jefe de rafa»
Que nos acompaño hasta el km 12 marcándonos muy bien el ritmo y que después se echo un poco para atrás para terminar lo mejor posible y disfrutar de la carrera.
Hasta el km 21 todo fueron risas, bailes, preguntas constantes de que ritmo llevamos y de si estás bien o no, a lo que rafa siempre me contestó, «yo estoy perfecto».
Ahora si, km 21 y toca decidir, me voy para la izquierda y termino mi aventura con rafita y le dejo solo ante el peligro o derecha y continuo para intentar lograr el imposible y acompañar a mi amigo hasta la meta a ese ritmo.
Le pregunte que iba a hacer él y lo tenía claro, seguir hasta el final, no se si fue por sus palabras, por mis ganas, por Madrid que animaba sin parar o porque me daba igual el que pasara después que decidí seguir, al menos hasta que pueda, y así hice, desde el km 22 se hizo el silencio, ya no había fiesta, bailes, risas etc… y la fatiga muscular empezaba a aparecer en todas partes de mi cuerpo, seguía preguntando a rafa que como iba y el siempre respondía » yo estoy bienn» . Y eso me daba el plus que necesitaba para seguir avanzando a su lado, y ahora si, ahora sí venía lo inmensamente difícil km 30, casa de campo, el infierno en Madrid vestido de verde y con más cuestas arriba de las que yo recordaba en mis paseos dominicales por el dichoso parque y encima manteniendo ese ritmo tan alto, mi cuerpo estaba a punto de abandonar pero me dije que al menos acompañaría a rafa hasta el final de la casa de campo, y terminar esta lucha juntos era la única razón que me hacía continuar.
Y llegó el temido km 35 ahí si, ahí ya no pude más, bueno, mi gemelo no pudo más y me dijo: para o te rompes, y eso hice, le dije a rafa » sigue, que ahora te cojo» tanto él como yo, sabíamos que no nos volveríamos a ver hasta terminada la carrera, a él le quedaban 7 km para terminar su gesta y hacer un tiempo increíble, que por supuesto consiguió y a mí me quedaban 2 opciones, terminar ahí la carrera e irme andando a casa y sentirme orgulloso de haber hecho 35 km al lado de un gran amigo o hacer el último imposible e intentar con todas mis fuerzas recorrer los 7 últimos kms casi llorando y sin poder subir el ritmo a más de 5.30 m/ km.
De repente me acorde de algo que me hizo tomar la decisión. El final de la maratón no se corre con las piernas si no con el corazón. Ahí si, ahí me acorde de miri, mi gran compañera que me quiere y ayuda siempre y de lo orgullosa que estaría de mi si lo consigo, de mi perrita Janis que se fue, pero que aún así sigue siempre acompañándome y ayudándome en todas las dificultades que me pone la vida delante , de mi otra perrita huella que sigue con nosotros y a la que adoro y de todos mis compis del club que siempre están ahí para animar en los últimos metros de cada carrera y en cada entrenamiento que hacemos juntos. Y entonces, al grito de todo Madrid que me gritaba » vamos Raul, vas a conseguirlo» (que aunque me llamo Jorge, Raul es el nombre que aparecía en mi dorsal ya que en parte esta carrera también era dedicada a él que se rompió antes de poder correrla y me cedió con todo su cariño su dorsal para que la hiciera por él)
Me dio el impulso que necesitaba mi corazón para darle a mis patas y llorando de dolor y de ilusión poder terminar por segundo año consecutivo y mejorando mi tiempo, de 3h 20m en 2024 a 3h 1 5m este año, una de las pruebas más exigentes que hay, LA MARATÓN DE MADRID.
Un día sin duda increíble, donde no sólo corrí con un gran amigo si no que supere todos los límites que creía que tenía y no podría superar.
Aunque la lección más importante que saco de este inolvidable día es que si tienes a tu lado a grandes personas y a seres que te quieren todo es mucho más fácil. Gracias a todos mis compis del Club Triatlón 28300 Aranjuez, en especial a mi compañero de batalla ese día, Rafa, a mi gran compañera miri por apoyarme siempre y a todos los que os habéis tragado esta crónica que parecía no terminar nunca
Un abrazo a todos y volveremos seguro el año que viene.
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