Es duro tirarse al agua en tu primer triatlón y notar que te falta el aire… nadie te sabe explicar por qué pero a todos nos ha pasado y eso es lo que le pasó a Cristina, una de nuestras debutantes del pasado día 19 de julio:
Cristina
Afronté el triatlón sin nervios, realmente iba un poco a probar si mi condición física era capaz de soportar este reto pero sin ningún tipo de presión. Además, valoraba el hecho de sentirme en familia y de contar con el apoyo incondicional de las personas del club, que siempre demuestran estar pendientes de los más débiles o menos entrenados.
Según me tiré al agua me dio un parón que me dejó sin aliento, no había empezado a nadar cuando el cuerpo entró en shock y no me permitió realizar la actividad, pero ahí estaba y ¡no desistí!, porque mentalmente estaba fuerte y con muchísimas ganas de darlo todo. Así que no me dejé vencer y fui poco a poco haciendo lo que podía sobre el Tajo. Destacar el apoyo de Andrés y Choki que me acompañaron durante el shock intentando normalizar esa reacción.
El paso a la bici fue de risas, Chechu me dijo “venga vamos tirando a ver si llegamos a coger a los que van por delante”… y así él se enganchaba con el grupo de su nivel. Los compañeros fueron todo el camino dándome consejos hasta que al final la selección natural hizo que me agrupara con los que más o menos íbamos al mismo ritmo, así completé los 30 y pico kms en los cuales me lo pase enorme, sobre todo el último tramo llegando al cortijo donde ya se veía el horizonte.
Llegado el momento de correr la cosa ya estaba casi hecha, además las vueltas a la base hacían que me motivara aún más pensando que quedaba poco y que luego íbamos a pasar todos un ratito juntos.
¡Me encantó la experiencia!
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